Iconografía religiosa
A través de la historia, las religiones han hecho un continuo uso de las imágenes, ya sea bidimensionales o tridimensionales. Algunas, como el hinduísmo poseen una iconografía abundante, mientras que otras, como el Islam, limitan severamente el uso de representaciones visuales. La función y el grado en que las imágenes son utilizadas o permitidas, y si son utilizadas con propósitos ornamentales, instructivos, de inspiración, o bien si se les da el trato de objetos sagrados de veneración o devoción, todo depende de los estatutos, mandamientos y consideraciones de cada religión.
La tradición de la pintura de iconos se desarrolló con gran fuerza en el Imperio Bizantino, principalmente en la ciudad de Constantinopla. Después de la caída de Constantinopla ante los Turcos en 1453, la tradición pasó a regiones influenciadas previamente por la religión, tales como Rusia, Georgia, y Creta.
En Rusia los iconos generalmente fueron pintados sobre madera, ya fuese en pequeñas tablas o en grandes paneles. Los iconos son considerados como si fuesen el Evangelio en pintura.
En la tradición popular, a algunos iconos se les atribuyen cualidades milagrosas, como haberse movido, hablado, llorado o sangrado, y existen numerosos reportes sobre iconos que exudan un aceite fragante con propiedades curativas. Supuestamente, muchos de los iconos milagrosos no han sido pintados o elaborados, sino que han aparecido en algún objeto natural, paredes, muebles, etc.